¿Hay vida más allá de los algoritmos? Pareciera que no. Están por todas partes y, en esta era de Internet, son tan ubicuos como el oxígeno. Enrique Gracián, con quien ya departimos al inicio de la discusión sobre el Bicho, nos lo confirma: el Universo es un algoritmo. De su mano recorremos este fascinante mundo que nunca nos lo enseñaros cuando, por ejemplo, aprendíamos a sumar, restar, multiplicar o dividir, pero que, efectivamente, nos rodean por todas partes, nos ayudan a construir la vida que tenemos y, como ocurre con todo lo que inventamos, tiene doble uso: el bueno buenísimo y el malo malísimo. Señoras y señores, con ustedes, los algoritmos.

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